COLONIAS FELINAS EN SANLÚCAR LA MAYOR. CONSIDERACIONES VARIAS.

El 11.02.2021 leemos con cierta alegría una noticia en la página web del Ayuntamiento de Sanlúcar la Mayor, que la Delegada de Medio Ambiente y la técnica del ayuntamiento de este área han recibido a 2 ciudadanas sanluqueñas, Belén y Ángela, expertas en el trato de colonias de gatos, amantes de los animales y con un espíritu solidario inconmensurable. Estas ciudadanas han obtenido el respaldo del ayuntamiento para el control de las varias colonias felinas que manifiestan existen en nuestra ciudad y que pueden superar el centenar de felinos  llamados feraces, asilvestrados o callejeros. Además se dice que han llegado a acuerdos muy interesantes para la mejora de nuestro municipio en este ámbito –aunque sin especificar cuáles son- y que serán coordinados por estas dos personas con la colaboración de otras y con, lo más importante, el respaldo de la Delegación de Medio Ambiente.

De entrada todo lo expuesto es positivo, tenemos de una parte al ayuntamiento que es el responsable del Medio ambiente y la salubridad (que no haya infecciones ni molestias a la ciudadanía) –hay que subrayar que estas colonias felinas no tienen propietario y ello genera un situación jurídica curiosa de la responsabilidad en su cuidado y control- y de otra la participación ciudadana tan efectiva en asuntos delicados y complejos como el caso que nos ocupa, participación que afortunadamente siempre está presente aunque no se le preste mucha visibilidad; aparte de las dos mujeres nombradas existen muchas otras personas en la sombra que están apoyando y colaborando en lo que se puede.

El control de estas colonias requiere una cierta cualificación y exigencias técnico-sanitarias, empezando por el control de un veterinario que aplique el método CES (Captura, Esterilización y Suelta) para la efectividad de las colonias, aparte de una serie de fármacos y cuidados y controles sanitarios, y luego la permanente y diaria atención de los voluntarios/as para que diariamente estas colonias estén adecuadamente alimentadas con unos piensos específicos, agua diaria limpia, retiradas de defecaciones, limpieza de habitáculos, etc. Es decir, estamos hablando de una dedicación e implicación muy seria y que requiere del binomio del ayuntamiento y los voluntarios/as.

Esta actuación beneficia a la ciudad porque se evitan infecciones y permiten una convivencia con estos felinos ferales o asilvestrados –hay que recordar estos felinos provienen de gatos domesticados que se han escapado o han sido abandonados por sus dueños-, además nunca hay que olvidar que estos gatos suponen una gran barrera contra la proliferación de roedores. Para aplicar el programa CES para un centenar de felinos estimamos un coste inicial de entre unos 15.000 a 20.000 euros y otro anual de 6.000 euros para alimentación, vacunación, control y atención de enfermedades y ahí debe estar el ayuntamiento consignando estas partidas para cubrir dicho problema medioambiental y sanitario. Por lo demás la mano de obra, excepto el veterinario municipal, está garantizada con la aportación de la ciudadanía con este maravilloso ramillete de personas amantes de los felinos y animales en general que prestan su apoyo desinteresado para la comunidad y a los que se les otorga una credencial por parte del ayuntamiento de colaboración y actuación responsable en estas colonias.

Esta es la vía que actualmente siguen las ciudades para salvar el limbo jurídico en que se encuentran estas colonias de felinos callejeros, porque técnicamente no hay responsables  de su atención. Nuestro ayuntamiento conoce su existencia dentro del entorno urbano y conoce su obligación de recoger y transportar a los animales abandonados pero no ha mostrado preocupación por las condiciones precarias y hostiles en que viven estos animales[1] y que además tienden a agruparse y ello agrava más la situación por la gran capacidad de fertilidad que tienen y generando problemas de salubridad en el entorno que habitan, malos olores, deyecciones, presencia de plagas de pulgas, en algunos casos agresividad, maullidos en épocas de celo, peleas, etc.

Cada vez son más los acuerdos y decretos que empiezan a buscar soluciones y que se vienen aplicando por distintas ciudades, se trata del citado método CES que está dando magníficos resultados, sobre todo dándose el binomio aportación del ayuntamiento y participación de los voluntarios/as para su cumplimiento. Esto es lo que afortunadamente parece ser que se va a dar en Sanlúcar la Mayor y ello acompañado de una regulación a través de una ordenanza municipal que ya existe y que debe ser ampliada para dar cobertura a este acuerdo, así como que se adhiera al Manifiesto Felino presentado en abril de 2015 en el Congreso de los Diputados.

En definitiva, el objetivo que se pretende por la ciudadanía y con la participación ciudadana es dar solución a un grave problema que evite el potencial riesgo sobre la salud de la ciudadanía y mejorar la calidad de vida de estos animales con el control de las colonias, que éstas incluso formen parte de la fauna urbana y sirvan de enseñanza y sensibilización en el respeto a los animales para nuestros escolares presentes y futuros y para la ciudadanía en general.

Ojala este proyecto funcione en nuestra Sanlúcar la Mayor como lo ha hecho en otras ciudades de Andalucía y más concreto en el Ayuntamiento de Sevilla capital, donde existe una gran proliferación de colonias felinas que están controladas y funcionando gracias al binomio aportación económica ayuntamiento y participación ciudadana.


[1] Malviven, cogen enfermedades, son envenenados y también son alimentados indebidamente por personas que desconocen su alimentación (dado que el gato es un carnívoro y al menos un tercio de su alimentación debe provenir de proteínas de origen animal que a través de los piensos específicos para gatos vienen perfectamente regulados).

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.